viernes, 2 de noviembre de 2007

Primer vino catado

Para empezar el blog, hablemos de un vino de Rioja. Que conste que no voy a descubrir La Rioja a nadie, pero no soy precisamente un fan de los vinos que se hacen allí. Si puedo elegir otro vino, lo hago. Y a veces, si lo que hay disponible es Rioja tradicional, me doy al agua. No es que me parezca malo, que no lo es, pero en general no satisface mis papilas gustativas.

Dicho esto, hoy ha venido la familia a comer a casa. Como mi cuñado sí que es riojista (terrible enfermedad, por cierto), he escarbado en mi bodega (otro día hablaremos de ella) y he encontrado algo que le iba a gustar:

Azpilicueta Reserva 1992.

Un gran vino. Azpilicueta es una de mis bodegas riojanas favoritas. Me regalaron varias botellas hace tiempo y las conservo como oro en paño. El reserva de 1999 es soberbio, como casi todo lo que he probado de Rioja de ese año.

Éste 1992 estaba excelente. El corcho estaba ligeramente pasado porque se había filtrado un poco de liquido, pero por suerte no ha llegado a estropear el vino.
Lo he decantado una media hora antes de la comida para que se oxigenase. El color, ese rojo teja que tienen los vinos de edad. En la nariz muy bien, con ese aroma ligeramente ácido que tienen los vinos de Rioja. Capa media-alta. En boca muy bien y muy agradable. No tenía demasiado cuerpo y el nivel de acidez era lo normal que podemos encontrar en un vino clásico de esta denominación de origen. No me ha resultado nada astringente, más bien equilibrado, pero nada largo de recorrido ni con un retrogusto mencionable. A pesar de ello, no me ha decepcionado en absoluto. Estaba estupendo.

Esto es lo que me pasa con los Riojas, me parecen demasiado tradicionales y no me sorprende nada en ellos. Huelen y saben justo como te lo esperas.

De todas maneras, he sido un vino que me ha gustado mucho. Ya había probado otra botella (tenía tres) y ha resultado como la anterior. La primera cayó hace un año y no me parece que haya perdido mucho con el paso del tiempo. Espero que la tercera también aguante.

Por cierto, ayer abrí otra botella de una de las bodegas favoritas de mi chica, PradoRey, de Ribera de Duero. El próximo día hablaremos de ella. Saludos.

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