lunes, 26 de noviembre de 2007

Al pan, pan, y a la carne, como locos!

El sábado pasado, reunión durante la comida de un puñado de amigos. La carne tenía que ser la estrella de la comida, así que para carne, la del templo de la chuleta, Casa Rufo.

Y diréis: por qué habla de Casa Rufo si esto se trata de hablar de vinos? Pues porque el Rufo tiene una de las mejores cartas de vino que conozco. Y como con la chuleta hay que beber vino, y vino bueno, la apuesta era fácil: Les Terrases 2003, de Alvaro Palacios de Priorato.

Como buen fan que soy de los vinos de Priorato, Les Terrases es uno de mis favoritos. No he probado todos, por desgracia, pero sí unos cuantos para tener tres Prioratos favoritos: el citado, Finca La Planeta de Pasanau y Embruix de Vall Llach, del que ya he hablado con anterioridad. Así que la elección era obvia, claro. De reserva iba a pedir el Pasanau, que también lo tienen, pero como había Les Terrases, Les Terrases.

Nos cargamos dos botellas (éramos seis, eh?, sin mala fama). Para mi gusto, es un vino espectacular: color rojo picota, capa alta y mucho, en la nariz a frutos rojos y muy carnoso como en boca, donde me pareció apreciar el toque de la madera y como dicen los entendidos, la opulencia del vino. En dos palabras, un peazovino.

Había probado el 2001, que creo que me gustó más, aunque la memoria me falla, pero éste 2003 era muy bueno. Lástima no haber pedido más vino para comer más chuleta o al revés, pero bueno, así tenemos excusa para repetir. Y de paso, esperar a que tengan el 2004, que seguro que está mucho mejor.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La Casa

Hoy vamos a hablar de una gran experiencia que tuvimos el año pasado relacionada con el vino. Otro día hablaremos de mis vinos favoritos, pero para introducir este tema tengo que decir que uno de los vinos que más me gusta es el Merlot de Jean Leon, bodega del Penedés que pertenece al Grupo Torres. Por cierto, si hay el concepto de fan de una bodega, tengo que reconocer que Jean Leon es mi bodega favorita. He probado casi todos los vinos que hacen y no tengo elogios suficientes. Y luego está lo que voy a contar, que contribuye a crear ese aura de favoritismo que tengo hacia la bodega.



Desde que probé la primera botella del Merlot, un 2001, quise hacerme con una cajita para mi bodega. Así, a través del mail de contacto que aparece en la web, www.jeanleon.com, comencé a cruzar mensajes para ello con el Hombre. Le llamo así porque Josep Roca es un tipo maravilloso. Desde hace ya cuatro años tenemos esta relación epistolar para comprar vino y también hablar de él. Ejerce de director de la bodega y de director comercial de Torres Import. Los que le conocen ya saben lo que digo, y los que no, pues una pena, oiga.

El año pasado mi chica y yo nos propusimos hacer un poco de turismo vinícola en Catalunya (dejamos Priorato para otro día) y contacté con Josep para visitar Jean Leon. Al igual que me pasa con el vino que me gusta, que me quedo sin adjetivos calificativos, la visita fue una experiencia inolvidable. Primero nos recibió Marc hasta que llegó Josep. Vimos un video sobre el fundador de la bodega, Jean Leon y después visita de lujo: sala de barricas, sala de entrada de uva, viñedos, exposición, esa sala donde guardan botellas antiquísimas y donde no conseguí quedarme solo para descorchar y catar a diestro y siniestro, vamos todo lo que se puede ver y más. Josep nos presentó también al enólogo, Jaume Rovira. Luego cata de vino con los comentarios de los dos, Marc y Josep.

Después, a comer con Josep. Yo pensaba que iríamos a algún restaurante de Vilafranca del Penedés, pero no, Josep nos tenía guardada una sorpresa. Nos llevó a una antigua masía restaurada que pertenece al Grupo Torres donde nos agasajó un una comida inolvidable. El sitio es de esos a los que solo se tiene acceso si te lleva alguien de la Casa, acogedor, con una cocina de primera.

Como no podía ser de otra manera, la comida giró en torno al vino, no solo hablando, que lo hicimos, sino con los platos. Con cada uno un vino diferente perfectamente maridado. De aperitivo uno, de postre otro, después del postre, un oporto... y como he dicho, la comida excelente.

No soy muy fetichista para esto de conocer gente de renombre, más bien lo contrario, pero mientras comíamos Feli, Josep y yo, teníamos a la plana mayor de Torres a nuestro alrededor. Enólogos, directivos... en una mesa estaba la hija de Miguel Torres, Mireia. Su mesa era muy curiosa, porque aparte de ser unos seis o siete comensales, tenían una gran cantidad de botellas de vino en la mesa. Y cuando ya nos íbamos, el Hombre nos presentó a Don Miguel Torres, el presidente de todo aquello. Allí estábamos nosotros dos, que como compradores debemos ser el 0,00000000000000000000000001% (y algún cero más, pero no hay que aburrir) de las ventas del grupo, hablando con el Jefe.

Y si os parece que esto fue poco, nosotros estábamos encantados. Después de comer, Josep dijo: "A ver Torres". Y allí fuimos, a ver la bodega. Si lo de antes ya había sido tremendo, esto fue la guinda en el pastel. Visita de lujo, de esas que solo haces una vez en la vida. Vimos todo, el museo, las tripas, las barricas que llevan allí desde que nací, etc. Nos llevó a La Catedral, una sala subsubsubterranea donde hay, creo recordar, 8-10 tinas de acero inoxidable de 10.000 litros de capacidad.

En fin, para que os voy a contar más si solo os puedo poner los dientes largos. Por lo menos, el recuerdo que tengo de aquel día es fantástico, uno de esos que recuerdas durante mucho tiempo. Y recuerdo también una cosa que me gustó mucho de la Empresa: el respeto que todos tenían a Don Miguel y el respeto con que trataban a Josep Roca, como digo, el Hombre.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Otra Cena, Más Vinos

Hace un par de semanas, quizás alguna más, vinieron los amigos a cenar a casa. Algunos de ellos de morro fino, así que había que sacar brillo a la bodega y poner en la mesa vinos buenos.

La comida era más bien normal, casera, así que no miramos mucho lo de maridar bebida y comida.

Primer vino: Para empezar, un vinito de Madrid, que aunque parezca que no, en Madrid se hacen buenos vinos. En concreto éste es El Regajal 2005, uno de esos que me gusta mucho: rojo picota, afrutado, apenas ácido, con mucho cuerpo, un postgusto largo, cálido, vamos un pelotazo de vino. A base de tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y syrah, la producción de esta bodega no es muy elevada, unas 20.000 botellas al año, y suele ser difícil de encontrar. El enólogo es Ignacio De Miguel, un enólogo español que ofrece sus servicios a varias bodegas en las que hace unos vinos para mi gusto muy buenos. Suelen ser vinos potentes, con mucho de todo: aroma, fruta, cuerpo... Así que el vino gustó. En casa ya lo habíamos probado y siguió manteniendo el nivel. De éste cayeron 2 botellitas.

Seguimos con un pelotazo de vino. Inocente de mí, pensaba que con tres botellas haríamos la cena, con lo que dejé el más potente para el final. En este caso, Uno 2004 de Rafael Cambra, un monovarietal de monastrell de Valencia. Como he dicho, es un pelotazo, un vino musculado por todas partes. Rojoscurocasinegro, tanta capa que casi no se ve el vino, afrutadísimo y con un grado alcohólico alto pero que deja saborear el vino. Eso si, hay que tomarlo con calma.

El respetable pedía más. Y claro, después de lo que habíamos bebido había que elegir bien para mantener el nivel. Así que rebuscando rebuscando encontré el que pensaba que sería él último de la velada.

Tocaba Ribera de Duero. Y había un pedazo de vino esperando el descorche....redoble de tambores.....Pago de Santa Cruz 2003 de Viña Sastre. I-n-c-r-e-i-b-l-e. Había probado el 2001, que ya era excelente, pero este 2003 era increíble. No es justo para los otros vinos porque la elaboración es muy diferente pero la verdad es que fue como sacar un chuletón de buey después de haber comido dos pinchos de tortilla. El otro día hablaba de Finca El Nogal de Pago de Los Capellanes. Este PSC lo supera con nota. Es un vino al que si se tiene acceso hay que probar y degustar con mucha calma para apreciarlo en su justa medida. Me pareció de lo mejor que he probado un mucho tiempo.

Bueno, y como todavía había un poquito de paladar seco, hubo que sacar otra botellita. Como no era plan intentar superar el PSC a estas altura de la cena, me decidí por un vino que me gusta mucho y que mantendría el tipo. He dicho que soy un fan acérrimo de Priorat? Ya sé que son caros y muy potentes, pero qué le voy a hacer? cada uno tiene su debilidad y ésta es la mía. Ya hablaremos de Priorat otro día, pero aquí un amigo, vamos.

En fin, Vall Llach, la bodega del cantante Lluis Llach, produce unos cuantos vinos. Vall Llach es el de mayor nivel. Luego está Idus y seguido viene Embruix. El elegido fue el Embruix 2004. El 2003 estaba estupendo, pero este 2004 era espectacular. Como decía antes, muy muy de mi gusto. Si un vino no tiene capa vamos mal. Cuando bebo vino no me gusta verme la mano, así que cuanta más capa, mejor. Embruix es muy afrutado, con poco pelotazo de alcohol en la nariz aunque creo recordar que anda por un 15% vol, lo cual es alto de..., bueno, muy alto.

Como fin de fiesta estuvo muy bien, que ya fue suficiente. Pero los vinos a catar estuvieron a la altura del evento, que es de lo que se trata. De eso y de deslumbrar al personal, claro, que también mola.

martes, 6 de noviembre de 2007

La Cofradía Del Buen Beber

El año pasado unos compañeros de trabajo creamos la cofradía del título. Todo surgió como la ocasión de juntarnos unos cuantos aficionados al vino cada dos meses y probar vinos diferentes o menos conocidos mientras nos damos al embutido, al queso o lo que se tercie.

Hasta la fecha hemos hecho cinco catas. Una fue con vinos elaborados con Syrah/shiraz. Otra fue una vertical de Roda. Vinos del mundo, DO españolas...siempre en torno a un tema.
La última, que es de la que vamos a hablar ahora, fue con Riberas De Duero. Queríamos enfrentar dos bodegas, y las elegidas fueron Pago De Los Capellanes y Viña Pedrosa de Bodegas Pérez Pascuas, ambas situadas en Pedrosa De Duero, Burgos. Nos hicimos con los vinos en una tienda de Aranda De Duero, Vinomia. La llevan unas personas muy amables y ya casi amigos de la familia. Sin desmerecer al resto, si vais por allí o hacéis un pedido por internet o teléfono, preguntad por Ana García. Os atenderá de lujo.

Bueno, la idea era enfrentar vinos jóvenes con roble, crianzas y reservas, a ser posible de la misma añada.

Los jóvenes fueron los únicos de diferente añada: Cepa Gavilán de Pedrosa era del 2006 y el de Pago de 2005. Los crianzas eran del 2004 (qué añada!!) y los reservas del 2001 (y esta!?!?!?). Como fin de fiesta sacamos Finca El Nogal de 2003 de Pago de los Capellanes, uno de sus dos vinos de autor junto con El Picón.

Empezamos por los jóvenes, luego los crianzas, los reservas y El Nogal. Primero Pedrosa, luego Pago. No entraré en detalles de cada vino porque no terminaríamos, pero contaré cómo fue la cata y mi valoración. Estábamos 11, así que lógicamente cada uno tenía su opinión, pero en general estuvimos de acuerdo en casi todo.

El más flojo, o mejor damos un empate técnico, los dos jóvenes. El de Pago siempre me ha gustado, pero éste estaba un poco pasado para mi gusto, quizá con un pelín de corcho. El de Pedrosa estaba bien. En general los vinos de Pago tenían más fruta que los de Pedrosa y éstos eran un poco más secos.

Siguiendo por abajo, yo tenía los dos Pedrosas, primero el crianza y luego el reserva. Estaban bien, la verdad es que muy bien, teniendo en cuenta que ambas añadas eran excelentes. Por sí solos seguramente enamoran, pero en la comparación con los de Pago palidecían. Me resultaron como el joven: con un poquito más de fruta mejor.

El tercer mejor vino para mi gusto fue el reserva de Pago de los Capellanes. Estupendo, con muy buen color y capa, un aroma explosivo y en boca buen cuerpo equilibrado y goloso.

Subcampeón, el crianza 2004 de Pago de los Capellanes. Sencillamente estupendo. Color rojo intenso, Muy afrutado. Tremendamente goloso, casi se podía masticar la fruta. Tenía la boca a tope de sensaciones paseando el vino por ella. Respondía perfectamente a mi tipo de vino: afrutado, poco ácido, goloso y ligeramente amargo, con un postgusto largo.

Y el mejor vino de la velada, Finca El Nogal de Pago. Cuando lo catamos sonaron 11 voces al unísono: "OHHHHHHHH!!!!"". Nos entusiasmó el vino. Era simplemente espectacular. Perfectamente equilibrado, un aroma de esos que te envuelve, en fin, se me acaban los superlativos para hablar de este vino sin ser pesado. Baste decir que fue el único que no dio para la segunda vuelta. Si algún día os encontráis una botella de este vino, no la dejéis escapar. Merece mucho la pena.

Resumiendo, el ganador de la noche por goleada fue Pago De Los Capellanes, que copó mi podio Dejaremos para el próximo enfrentamiento a Pesquera y Dominio de Atauta. Ahí habrá buen combate cuerpo a cuerpo.

Más Rioja....es la guerra!!

El sábado a comer a casa de Ainhoa y Sergio. También aficionados al vino, aunque más inclinados al Rioja. Nadie es perfecto....es broma, chicos.

En la mesa un vino que no conocía. Resulta que la bodega riojana Barón De Ley tiene una parcela llamada Finca Monasterio donde elaboran un vino de esos que se llaman de autor, de pago, de finca, etc. La uva predominante es la tempranillo, con un 20% de otras que no nos cuentan. Esta botella era un magnum de la añada 2004. Desgraciadamente, cuando tengo enfrente un Rioja dejo que mis prejuicios afloren: ya sabéis, la acidez excesiva, el sabor previsible, etc. Qué le voy a hacer, el Rioja no me satisface que se diga.

Total, que enviné las copas (ya sé que no era mi casa, pero me pidieron que me encargase, así que...) y a probarlo. Una sorpresa muy agradable, la verdad. De color rojo intenso, buena capa, cosa que me llamó mucho la atención. En la nariz, muy goloso y afrutado. Nada de acidez y a pesar de estar recién abierto, el alcohol no tapaba los aromas de frutas rojas y negras. El aroma es de esos que te activan las papilas de la lengua ante la expectación de catarlo. Y acto seguido, a la boca. Estupendo. Como el aroma anticipaba, nada de la acidez que me temía. Con buen cuerpo, me pareció muy redondo, sin nada que destacase por encima del resto de características pero sin echar de menos nada. Es un vino cálido, equilibrado y con un postgusto amargo muy agradable y duradero que deja un buen sabor de boca. Resumiendo, un vino que me gustó mucho. Gracias, amigos.

lunes, 5 de noviembre de 2007

PradoRey Crianza 2004

El otro día prometí hablar de un vino de Ribera De Duero, el Crianza 2004 de PradoRey, de la bodega El Real Sitio de Ventosilla, en Gumiel de Mercado, Burgos. Como dije, una de las bodegas favoritas de mi chica, y también mía. Hasta la fecha todo lo que hemos probado de PradoRey ha sido más que satisfactorio. Nos hicimos amigos con un cordero en un restaurante de Sepúlveda y desde entonces hemos fortalecido los lazos de la amistad. Nos reencontramos en una mesa de Pedraza, también con cordero, y luego ha sido invitado en cenas hogareñas. Hemos probado de casi todo: reserva, crianza, roble... Este crianza 2004 salió bien. Hecho a base de tinta fina, un poco de Cabernet y otro poquito de Merlot. Con su punto de fruta, equilibrado, con cuerpo aunque no en exceso, capa media, ligeramente amargo y un postgusto en su punto, ni muy largo ni demasiado corto. El color bien, rojo picota pero no muy intenso. El aroma sabroso y carnoso. En general me gustó, aunque no tanto como otros que he probado de esta bodega. Quizá ligeramente decepcionante porque esperaba un poquito más.

Hace unos años compré una cajita del Roble 2001 de PradoRey, que me parece mejor vino que este crianza. A pesar de que en la botella pone que su momento óptimo ya ha pasado, abrimos la antepenúltima el año pasado y estaba glorioso, muy carnoso, que es un aspecto que valoro mucho en mi vino, afrutado y en boca muy opulento. El postgusto muy bien, ligeramente amargo. Este verano abrimos la penúltima con unos amigos y ya empezaba a caerse. Estaba bien, pero no tanto como la anterior botella. Supongo que la última tendrá que caer pronto para que no se desaproveche del todo.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Primer vino catado

Para empezar el blog, hablemos de un vino de Rioja. Que conste que no voy a descubrir La Rioja a nadie, pero no soy precisamente un fan de los vinos que se hacen allí. Si puedo elegir otro vino, lo hago. Y a veces, si lo que hay disponible es Rioja tradicional, me doy al agua. No es que me parezca malo, que no lo es, pero en general no satisface mis papilas gustativas.

Dicho esto, hoy ha venido la familia a comer a casa. Como mi cuñado sí que es riojista (terrible enfermedad, por cierto), he escarbado en mi bodega (otro día hablaremos de ella) y he encontrado algo que le iba a gustar:

Azpilicueta Reserva 1992.

Un gran vino. Azpilicueta es una de mis bodegas riojanas favoritas. Me regalaron varias botellas hace tiempo y las conservo como oro en paño. El reserva de 1999 es soberbio, como casi todo lo que he probado de Rioja de ese año.

Éste 1992 estaba excelente. El corcho estaba ligeramente pasado porque se había filtrado un poco de liquido, pero por suerte no ha llegado a estropear el vino.
Lo he decantado una media hora antes de la comida para que se oxigenase. El color, ese rojo teja que tienen los vinos de edad. En la nariz muy bien, con ese aroma ligeramente ácido que tienen los vinos de Rioja. Capa media-alta. En boca muy bien y muy agradable. No tenía demasiado cuerpo y el nivel de acidez era lo normal que podemos encontrar en un vino clásico de esta denominación de origen. No me ha resultado nada astringente, más bien equilibrado, pero nada largo de recorrido ni con un retrogusto mencionable. A pesar de ello, no me ha decepcionado en absoluto. Estaba estupendo.

Esto es lo que me pasa con los Riojas, me parecen demasiado tradicionales y no me sorprende nada en ellos. Huelen y saben justo como te lo esperas.

De todas maneras, he sido un vino que me ha gustado mucho. Ya había probado otra botella (tenía tres) y ha resultado como la anterior. La primera cayó hace un año y no me parece que haya perdido mucho con el paso del tiempo. Espero que la tercera también aguante.

Por cierto, ayer abrí otra botella de una de las bodegas favoritas de mi chica, PradoRey, de Ribera de Duero. El próximo día hablaremos de ella. Saludos.

Introducción

No escribo este blog acerca del vino para demostrar conocimientos porque no paso de ser un buen aficionado al vino, y sobre todo, a compartir una botella con amigos, porque como dijo alguien, el vino es una bebida social.

Mi objetivo es escribir acerca de los vinos que pruebo y compartir mi opinión con quien lea esto. Tampoco llenaré este blog de palabras técnicas ni de expresiones de esas que vemos en las botellas o notas de cata pero que nunca encontramos en la copa de vino. Se trata simplemente de hablar de los vinos que nos gustan

Si esto sirve para que nos comuniquemos y compartamos opiniones acerca de los vinos, el objetivo estará más que cumplido.

Bienvenido a mi blog "Mi Amigo El Vino".