jueves, 3 de diciembre de 2015

Mis Brunellos Favoritos

Como ya he comentado en alguna ocasión, soy un gran fan de los vinos italianos. Me gustan mucho los Chianti Classicos. Los Toscanos y Supertoscanos como el Tignanello me fascinan. Tengo pendiente probar Ornellaia y Sassicaia, que algún día caerán. Los sicilianos que he probado me han gustado mucho, al igual que los Amarones y Amarones della Valpolicella.









Pero si tengo una debilidad es por los Brunellos (@ConsBrunello). He podido disfrutar de bastantes de ellos, y también diferentes añadas. Y siempre me han gustado mucho. 










De todos ellos, quizás el que me ha resultado más flojito es el Castello Banfi (@CastelloBanfi). Estaba rico, pero de esta bodega me gusta mucho más el Chianti Classico Riserva, que es un pedazo de vino sobre todo para el precio que tiene.









De los que me gustan, ay amigo, que difícil es elegir uno o dos. Dos que me han gustado mucho siempre son CastelGiocondo de Frescobaldi (@FrescobaldiVini) y Biondi-Santi (@BiondiSanti_). Recuerdo una ocasión en un ultramarinos en Roma estaba mirando los vinos que tenía el dependiente detrás del mostrador, y cuando le señalé el vino que quería, el Castelgiocondo, se giró hacía mí y puso cara de haber elegido un buen vino. Y vaya si estaba rico!! 


















Mis tres Brunellos favoritos, y no puedo decir solo uno, los descubrí en el pueblo de Montalcino (@Turismontalcino), el centro de la denominación. Estuvimos alojados en un hotel del pueblo y el dueño tenía una excelente bodega. Antes de marcharnos le pedí que me recomendase sus tres Brunellos favoritos para llevarme a casa y so elección fue perfecta. Posteriormente he comprado otras añadas  y siempre son vinos espectaculares.

El primero de ellos, Casanova Di Neri, ha obtenido varios premios internacionales. Fantástico!!!


Los otros dos, Mastrojanni (@MastrojanniWine) y Lisini (@AziendaLisini), son Brunellos sencillamente fantásticos. Estos tres son mis vinos favoritos y soy muy cuidados con ellos. Ya sé que no conviene guardarlos mucho tiempo pero a veces me cuesta desprenderme de ellos. Pero bueno, los grandes vinos han sido hechos para disfrutarlos, no para almacenarlos fuera de nuestro alcance




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martes, 1 de diciembre de 2015

De vuelta en la Ribera de Duero

Allí nos fuimos otra vez. Fin de semana, coche y a la carretera. Y otra vez  en la agradable Posada Casona de Valbuena (www.lacasonadevalbuena.es) de la mano de José María Raya.

El fin de semana empezó con la cena del viernes y un estupendo Crianza 2011 de Teófilo Reyes (www.teofiloreyes.com) con 16 meses de barrica. Espléndido de temperatura y muy rico en nariz y boca, con potencia, cuerpo y taninos largos.

El sábado hubo que madrugar.  Nos esperaba una visita en Pago de Carraovejas (www.pagodecarraovejas.com, @PagoCarraovejas) a las 10:00 horas. El día amaneció neblinoso pero pronto pudimos ver toda la zona. Teníamos la visita de los 6 sentidos y fue una gran visita. Gracias a Esther hicimos un recorrido por la historia e instalaciones de la bodega.

Sala de barricas con luz natural indirecta

El primer vino que catamos acompañado de una ventresca de bonito fue un blanco de Ossian, Quintaluna 2014, Vino de la Tierra de Castilla y León 100% verdejo. Fresco y rico, sencillo de beber.

Después de este aperitivo más caminar por la propiedad y llegamos hasta la Cuesta de las Liebres,  parcela de la que sale el vino estrella de la casa.

La Finca De La Cuesta de Las Liebres

Una vez agotados de caminar y adquirir conocimiento llegó la hora de comer y catar en serio.

En este momento empezamos a probar vinos tintos. El primero fue Autor Tinto 2013. Tinto fino, Cabernet Sauvignon y Merlot con 12 meses de barrica. Se bebe fácil y sabroso aunque un poco corto de cuerpo. Acompañado de un hojaldre relleno de chorizo.

Después pasamos a unos judiones rico ricos y grandes grandes como su nombre indica. Con ellas catamos Tinto Crianza 2013. Mismo coupage que el anterior pero diferente porcentaje y también con 12 meses de barrica. Mejor respecto al anterior con un poco más de cuerpo.

Ahora tocó un blanco: Ossian 2013 con 9 meses de barrica.  Muy rico y más sabroso que Quintaluna, el roble lo hace muy agradable en boca y equilibrado también. Un blanco verdejo muy recomendable. Con él vino un plato de lechazo que estaba espectacular.

El tercer tinto del día fue El Anejón de la Cuesta de las Liebres 2010, segundo vino de la bodega. Con 12 meses de barrica francesa está muy equilibrado y es potente en nariz y boca notándose la diferencia con los dos anteriores. Vino acompañado de un plato de cochinillo que dejaba con la boca abierta.

Con el postre de tarta de Chocolate tocó un vino dulce y como servidor tiene debilidad por los vinos dulces no necesita mucho para disfrutarlos. Verdling 2013 verdejo 100% y elaborado al estilo de los vinos del Mosela. Qué más decir?  Impresionante y riquísimo.

Y aquí terminó la visita a Pago de Carraovejas. 6 horas de visita,  6 vinos, 6 platos y nuestros sentidos muy bien, gracias.

La Alineación Titular

Después rápidamente un café en el Hotel Convento Las Claras en Peñafiel y visita guiada al castillo antes del cierre a las 1800. Luego ya solo descansar, reposar y una cena ligera que al día siguiente tocaba más.

Menos mal que se puede uno reponer por la noche en un fin de semana como éste porque sino no hay cuerpo que lo aguante.

Domingo de Emilio Moro (www.emiliomoro.com, @Emilio_Moro). Situada en Pesquera de Duero. Es una bodega bastante moderna. Aquí cogimos visita de alta gama y nos dieron visita de altísima gama. Claro..... así se aseguran de que volveremos. Vaya que si volveremos.

Primero de la mano de Carmen visita de la bodega y cata de dos vinos: Finca Resalso 2014 y Emilio Moro 2013. Ambos 100% tinto fino y con barrica.

Todo bien hasta aquí. Y fue en este momento cuando todo empezó a pasar a otro nivel de excelencia.
Apareció Elena García y con ella todo lo demás.  Primero taller de Barrica solo para nosotros. Tienen tres barricas para ello, dos francesas, una de 225 litros y otra de 500 litros y la tercera es una americana de 225 litros. De la probeta a la copa. El vino de dentro llevaba allí 8 meses. Sensacional la grande francesa. Unos toques dulces en boca impresionantes. Rico, sabroso y con cuerpo. Tengo que decir que entre las dos barricas de 225 no noté mucha diferencia, sino entre esas y la grande. Ahí sí que la había. Elena decía que el vino estaba sin hacer pero si me dejan un grifo y una bota me lo llevo a casa.

Sala de Barricas de Emilio Moro




El Clon de la Familia de Emilio Moro



Después de la cata de barricas, a comer.  Primero un plato de caldo que estaba estupendo. Seguido un plato de patatas con setas que provocaba se nos saltase las lágrimas. Y menos mal que entonces ya teníamos en nuestras copas Malleolus 2011 con 18 meses de barrica. Muy rico en boca y con recorrido largo.

Pero ay, amigo. Qué hizo Elena con nosotros? Primero presentarnos al lechazo que venía con su ensaladita. Ex-ce-len-te! Ay ay ay qué rico estaba. Y lo peor fue que cuando se terminó la cazuelita de barro nos trajeron otra! Y como me han enseñado a no tirar comida porque está feo....pues a seguir comiendo.

Entonces miré mi copa y vi que además del Malleolus había otra copa. Esta contenía Malleolus de Valderramiro 2010. Madre mía qué vino!!!!!!! Aquello era impresionante. Me daba pena por el Malleolus pero este Valderramiro está impresionante. La verdad es que solo puedo decir que está perfecto.

Ay, qué poquito quedaba del Valderramiro!!!

Mientras esperábamos al postre, otro regalo en nuestras copas: Malleolus Sanchomartín 2011. Muy muy rico también y muy muy elegante aunque me quedo con el Valderramiro. Ambos espectaculares y muy bien hechos.

Estirando el Sanchomartin...

De postre una tarta de queso que seguía impidiendo que nos quitásemos las lágrimas de los ojos.

Elena García ha hecho que Emilio Moro ocupe un lugar en mi corazoncito por lo bien que nos han tratado. Y ahí está junto con Jean Leon y Josep Roca. Gracias Elena y volveremos a haceros otra visita.  Cuando te tratan así de bien no hacen falta excusas para repetir.

El Espectacular Elenco de Emilio Moro

A destacar en ambas bodegas que primen más la etiqueta y no la clasificación de toda la vida. Que los nombres de Joven, Crianza o Reserva dejen paso a otra manera de llamar a los vinos es algo destacable en mi opinión.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Barbarescos y Barolos

Después de una gran añada, siempre viene otra…

Qué grande la frase que Juancho Asenjo nos dio. No recuerdo el autor, que también lo dijo, pero lo que importa es la moraleja: no guardes mucho tiempo esa botella porque corres el riesgo de perderla y además, siempre habrá otra en camino.

Cata de Barbarescos y Barolos con el maestro Asenjo (@juanchoasenjo), en casa de Jean Marcos, (www.larutadelvino.com, @larutadelvino1). Gran enamorado de la Nebbiolo, (según él, su grupo sanguíneo es Nebbiolo positivo), el maestro nos deleitó primero con parte de la historia de Italia y del Piamonte. Muy ameno en sus explicaciones, pasó a contar el modo de elaboración de los vinos de la zona, esa crianza hecha en enormes fudres hechos con roble croata de los bosques de Eslavonia.

Empezamos la velada con tres Barbarescos de diferentes zonas y distintas añadas: Campo Quadro 2005 de Neive, Giuseppe Cortese 2006 de Rabaja y Orlando Abrigo Vigna Rongallo 2005 de Treiso. Por desgracia el primero venía con corcho, así que no se pudo apreciar nada. Los dos segundos destacaban por ser vinos muy tánicos, muy largos y ciertamente amargos.



Los vinos eran de calidad, por supuesto, pero no mucho de mi estilo. Me resultaban demasiado ácidos.

Después pasamos a los Barolos y la cosa se puso seria. Cayeron cinco vinos más, también repartidos como los Barbarescos. Sarmassa 2007 de Azienda Agricola Brezza Giacomo e Figli; Barolo 2007 Brunate de Roberto Voerzio, de la zona de La Morra; Cavallotto Reserva Vignolo 2008, de Cavallotto Tenuta Brico Boschis, de la zona de Castiglione Falletto; Dardi Le Rose Bussia Barolo 2008 de Poderi Colla y Parafada 2011 de Azienda Vinicola Palladino, del pueblo de Serralunga D’Alba.





Comentó Asenjo que el pueblo de Serralunga tradicionalmente era donde los productores de Barolo iban a comprar uva porque le daba más presencia a sus vinos y por eso no había productores en el mismo. Por suerte, algunos decidieron embotellar sus vinos y de ahí se obtienen ahora unos vinos excepcionales.


En general los Barolos resultaban también muy tánicos y muy largos, si bien no eran tan ácidos como los Barbarescos y además estaban más equilibrados para mi gusto. Me gustó mucho el Parafada 2011 y sobre todo el Dardi Le Rose Bussia. Los cinco Barolos estaban muy ricos y es difícil elegir uno, Quizá el que menos me gustó fue el Brunate pero no es que no me gustase, sino que los otros cuatro me resultaron mejores.



En cualquier caso, y siendo una gran muestra de Barbarescos y Barolos, no son los vinos que compraría habitualmente. Tengo predilección por los vinos italianos y me gustan mucho otras denominaciones que he probado como Chianti, Chianti Classico, Morelino Di Scansano, Toscana, Rosso Di Montalcino, Rosso de Montepulciano, Sicilia o Alto Adige, que aun siendo menores en calidad, ofrecen buenos vinos. Pero donde mi corazoncito se estremece de placer es en Brunello. Ay, los Brunellos Di Montalcino. Otro día hablaré de mis Brunellos favoritos, que no son pocos. Y sí que es cierto que después de cada buen añada vino otra, pero qué recuerdo tengo de aquellas botellas.

viernes, 30 de octubre de 2015

1° Experiencia Verema en Bilbao

Lo malo de hacer buenos propósitos cuando uno asiste a una jornada vinícola como la 1ª Experiencia Verema en Bilbao es que nunca se cumplen. Por una razón o por otra, los planes trazados de antemano siempre se van al traste, y claro, pasa lo que pasa. Y lo que pasa es que la cosa se nos acaba yendo de las manos.

Mi amigo Julio y yo nos envalentonamos y dijimos: “hacemos una selección y nos atenemos a ella.” Pero luego a ver quién es el valiente que pasa por delante de, por ejemplo, Jean Leon, y no se para a hablar con ellos. Y quien habla de vinos prueba vinos, por supuesto.

En definitiva, Verema (www.verema.com; @verema) organizó el pasado lunes su primer Experiencia en Bilbao. 52 bodegas, cata de vinos de Abadía Retuerta por la mañana, cata de vinos de Galicia por la tarde y entre medias un montón de buen vino para catar.

Copa en ristre, Julio y yo nos dirigimos en primer lugar a visitar a Javier Sanz, de Javier Sanz Viticultor (www.bodegajaviersanz.com, @js_viticultor). Una más que agradable visita con el propietario que nos mostró primero el Verdejo genérico que tienen, seguido del Verdejo con barrica, una delicia, y luego dos sorpresas: Colorado, un tinto muy curioso y difícil de conseguir, que elaboran en su propiedad con unas uvas que tienen por ahí y que la llaman Tinta Única, y un auténtico pelotazo: Dulce De Invierno, un vendimias tardías elaborado con Verdejo en un 80% y una uva llamada Grossa Rumana en un 20% que vendimian entre diciembre y enero. Un vino dulce muy sabroso y muy bien ensamblado.


Nuestro periplo continuó por un pasillo donde detectamos mi Rioja favorito: Contino (www.cvne.com). Nos acercamos y nos dijeron que solo tenían el Gran Reserva. Qué horror!!! El Reserva no pero sí el Gran Reserva!!! Así que hicimos de tripas corazón y nos pegamos con el GR, que bien podría ser de 2009. ES-PLEN-DI-DO. Hay que ver lo bueno que es este vino. Con nuestra mejor sonrisa preguntamos por el Viña Del Olivo, pero nos dijeron que no lo tenían.

Aquí alteramos un poco nuestro recorrido debido a la afluencia en algunas mesas y nos encaminamos a Abadía Retuerta (www.abadia-retuerta.com; @AbadiaRetuerta). Madre mía! Madre Mía!!!!!!! Esta bodega siempre ha estado entre mis favoritas, por lo bueno de los vinos que he probado y por la mística de los que no. Rívola, que ya solo se elabora para El Corte Inglés, y Selección Especial. Empezamos por el Selección Especial 2011 que estaba francamente bueno. Después, nos adentramos en territoritos inexplorados. Primero el Pago Negralada 2012, Tempranillo 100%. Después el Pago Garduña 2012, Syrah 100% y para rematar Pago Valdebellón 2012, 100% Cabernet Sauvignon. Potencia desmesurada. Comentamos que un poquito más de botella no les iría mal, pero para qué me voy a engañar, podría beber cualquiera de ellos todos los días y no me cansaría nunca. La Garduña me pareció espectacular, pero para mí sin duda alguna, Valdebellón. Qué pedazo de vino. Junto con el Cabernet de Dominio de Valdepusa y los Gran Reservas de Jean Leon, de los mejores Cabernets españoles que he probado. Sí, ya sé, Mas La Plana de Torres también, pero no lo he probado todavía.

Nuestra siguiente visita fue a César Martín de Pagos de Matanegra (www.pagosdematanegra.es; @PagosMatanegra). Ribera de Duero de Olmedillo de Roa, hacen tres vinos fantásticos: el Roble 2013, Crianza y Vendimia Especial, estos dos últimos de 2010 y con 93 puntos Parker y Peñín. Muy buenos los tres y el Vendimia Especial muy elegante. A destacar que los dos últimos tienen 12 meses de barrica y 3 años de botella antes de salir al mercado para afinarlos dada la potencia que tienen sus vinos.


Casa Rojo (www.casarojo.com; @BodegasCasaRojo) fue nuestra siguiente parada. Esta bodega de Jumilla elabora vinos en 6 diferentes DOs y un cava. Aquí probamos 5 de sus vinos. Empezamos por el Rueda, El Gordo Del Circo, que estaba rico. Después el Albariño, La Marimorena, rico también. Después de los dos blancos, tres tintos. La sorpresa grata fue el Rioja, The Invisible Man, muy rico y diferente. Después dos de los que esperaba más y me supieron a poco ambos: Macho Man de Jumilla, 100% Monastrell y Maquinón, Priorat 100% Garnacha.

Tenía curiosidad por probar los vinos de la siguiente bodega porque los vinos de Albacete y ciudad Real tienen cierto encanto, sobre todo desde que conozco Finca Coronado. Dehesa de Luna (www.dehesadeluna.com, @DehesaDeLuna) es una bodega de La Roda, en Albacete. Probamos dos vinos, el segundo de ellos La Cañada del Navajo 2011, Petit Verdot, Syrah, Cabernet Sauvignon y Tempranillo con 12 meses de barrica francesa. Sin más ambos vinos.

Si alguien piensa que ya nos empezamos a achantar está muy equivocado. Todavía nos quedaban balas en la recámara. Nuestros amigos de Torres/Jean Leon (www.torres.es; www.jeanleon.com; @BodegasTorres; @JeanLeon_Bodega) estaban allí, así que hicimos una pequeña escala técnica. Aquí Julio y yo nos distrajimos con la conversación y cada uno probó cosas distintas. Lo mío fue un sencillo 3055 Merlot/Petit Verdot 2014, que estaba rico, pero le faltaba el cuerpo y la opulencia de su hermano mayor, el Merlot Vinya Palau. El otro que probé fue el Senat del Montsant 2013 con Mazuela, Garnacha y Syrah que estaba rico también.


La cosa ya empezaba a salirse de todas partes, pero allí estaba Maribel Del Amo, de Bodegas y Viñedos Barcolobo (www.barcolobo.com; @Barcolobo), bodega situada en Castronuño (Valladolid). Maribel nos atendió estupendamente y nos explicó lo que probamos, que dada la hora que era, ya tenía mérito. Empezamos por el Rosado Lacrimae Rerum que estaba estupendo y luego dos tintos: La Rinconada y el MR 12 Meses en Barrica. No puedo aportar mucho de estos vinos pero el recuerdo que tengo es que me gustaron.


Para terminar fuimos a Bodegas Félix Callejo (www.bodegasfelixcallejo.com; @BodegasFCallejo). En verano había disfrutado Flores De Callejo y quería ver qué más tenían. Me perdonarán que no dé mucha información sobre cómo estaban los vinos aparte de buenos. Noelia Callejo, winegrower de la bodega, nos dio todo tipo de explicaciones y nos enseñó fotos de la familia. Tengo que reconocer que un vino que me gustó mucho fue el Finca Valdelroble 2009, pero claro, me dan un vino que tiene en la etiqueta la figura de un biplano y me pierdo. El padre, Félix Callejo, sacó licencia de piloto y tenía una Piper, de ahí el motivo aeronáutico. Noelia nos explicó que en la Finca de Valdelroble tienen un windsock. Qué más puedo pedir? Aquí probamos también Callejo 2012, Majuelos de Callejo 2011 y el Félix Callejo, creo que 2009.



En la lista de inspección previa teníamos un Celler de Priorat, pero la verdad es que no tuvimos valor de cruzarnos todo el salón para llegar a ellos, así que optamos por una honrosa retirada antes de que nos echaran de malas maneras, y como la megafonía ya anunciaba cierre, disimuladamente nos fuimos acercando a la salida.

Fantástica la 1ª Experiencia Verema, mucho público y espero que haya una segunda el año que viene. Como resumen, me quedo (en orden de cata) con el Verdejo con barrica de Javier Sanz y su Dulce De Invierno, el Gran Reserva de Contino, el Pago Garduña, el Pago Valdebellón que me tiene loco, el Vendimia Especial de Pago Matanegra, The Invisible Man y el Finca Valdelroble.

viernes, 23 de octubre de 2015

Tenuta di Biserno

Recientemente hemos tenido ocasión de probar unos vinos italianos excepcionales. Digo “hemos” porque siempre nos gusta balar en plural mayestático, que queda mucho más bonito que no decir que lo he probado yo.

Lo dicho, vinos italianos. De la mano de Antonio García, estuvo en su tienda de Bilbao “El Rincón del Vino“ (www.pasionporelvino.com) Niccolò Finizzola, director de marketing y hospitalidad de Tenuta di Biserno (www.biserno.it). La bodega, situada en Bibbona al sur de Pisa, pertenece al Marqués de Antinori, el mismo que en quince años con Ornellaia lo transformó en un vino de referencia en Italia. Tras vender Ornellaia, se instaló en 2003 en Bibbona con esta bodega, Tenuta di Biserno, cuyos vinos salieron al mercado en la añada de 2006.

Para empezar la velada, que comenzó a la torera hora de las 17:00, tuvimos dos vinos blancos propiedad de los viñedos del Marqués de la zona de Malborough en Nueva Zelanda. Dos blancos 100% Sauvignon Blanc bastante agradables. El primero, más sencillo de beber y muy fresco en boca fue Mount Nelson 2014. Con tapón de rosca, su vendimia se hizo en las madrugadas de finales de marzo, cuando suponemos debe hacer un frio curioso aunque sea primavera. La vinificación de Mount Nelson se lleva a cabo en cubas de acero inoxidable durante 14 días y no tiene fermentación maloláctica. Tras tres meses en botella se saca al mercado, con lo que ésta que bebimos era recién estrenada. De tono amarillo pálido, tiene una intensa nariz a cítricos, grosella y un toque herbáceo. En boca es delicado con buena acidez y largo final cítrico.

El segundo vino blanco fue Ram’s Hill 2012. Su vendimia fue a primeros de abril de 2013. Los racimos se prensan enteros y el 75% fermenta en barriles de roble usados mientras que el resto lo hace en pequeños depósitos de acero inoxidable. El vino permanece en barriles durante 8 meses. Tras tres meses en botella sale al mercado. En fase visual es amarillo pajizo. Con nariz a fruta tropical y aromas frutales, tiene un ligero toque a roble. En boca es pleno y con mucho cuerpo. La fruta y la acidez le confieren equilibrio, fineza y longitud.

Los dos blancos muy elegantes y muy agradables de beber. Muy recomendables.

Tras estos dos vinos pasamos a los tintos. El primero en pasar por nuestra copa fue Insoglio del Cinghiale 2013. El vino de más fácil acceso de la bodega, tiene un coupage de 35% Syrah, 30% Cabernet Franc, 30% Merlot y 5% Petit Verdot. Resulta un vino muy sabroso, sencillo de beber y con una buena potencia. Tras dos/tres semanas de fermentación, solo el 15% hace la maloláctica en barricas de roble, mientras que el resto la hace en cubas de acero inoxidable. Siguiendo con los porcentajes, el 45% del vino tiene una crianza en roble francés de segundo uso. En nariz es complejo con notas de fruta negra y especias. Los taninos dulces le dan un buen volumen en boca y un gran equilibrio. Cabe destacar que es el único vino de la bodega que tiene Syrah.

Aquí las copas ya empezaban a ponerse serias. Bueno, las copas y las cosas también. El siguiente vino, Il Pino di Biserno 2012, anticipaba lo que venía más tarde. Su coupage es 30% Cabernet Sauvignon, 20% Cabernet Franc, 30% Merlot y 20% Petit Verdot. La fermentación tiene lugar durante 3/4 semanas en depósitos de acero inoxidables. Después, la maloláctica se hace en barricas para un 20% del vino. La crianza es de 12 meses en barricas de roble francés de segundo uso. Tras pasar 6 meses en botella se lanza al mercado. De nariz intensa y fruta negra, en boca resulta muy concentrado y con gran profundidad y duración.

Ambos tintos resultan potentes y concentrados y sobre todo espléndidos para beber. Aun así, son los dos vinos de acceso de la bodega, ya que por encima de ellos se encuentran dos más: la estrella de la tarde, Biserno y luego el top de la bodega: Ludovico.

El primer Biserno que probamos fue el 2008. A base de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot, toda la fermentación tiene lugar en cubas de acero inoxidable, para la maloláctica el 65% se hace en barricas y el resto en depósitos. Su crianza es de 15 meses en barricas de roble francés y 12 meses en botella. De color rubí brillante y profundo, su nariz es intensa y compleja a frutos negros, chocolate y especias. Vino con textura, elegantes taninos, resulta muy mineral y con gran profundidad y duración. Un vino perfectamente equilibrado y aun siendo potente, extremadamente placentero.

Para terminar, nos encontramos una botella de la primera añada de Biserno, 2006. Una auténtica bomba en boca. Me gustan mucho los vinos potentes y con cuerpo, pero este 2006 me resultó excesivo, sobre todo comparado con un mucho más elegante 2008. Sin dejar de ser un gran vino, la diferencia en solo dos años es enorme, y también se ve el trabajo en la bodega con el paso de las añadas. Aquel 2008 está mucho más trabajado que este 2006. También con un coupage a base de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot, el proceso de elaboración es el mismo que el 2008, tanto en la fermentación alcohólica como la maloláctica. La crianza es también la misma. Nariz compleja, en boca destaca las ciruelas pasas, la fruta negra y especias. Mucho cuero, densos taninos maduros y un recorrido largo y elegante.

Una gran velada con los vinos de tenuta Di Biserno. Me gustó mucho el Biserno 2008, el mejor de todos. Un buen Insoglio del Cinghiale con mucho cuerpo resulta muy agradable de beber y de los dos blancos, me gustó mucho Mount Nelson. Fresco y sin madera.

lunes, 19 de octubre de 2015

Mis 100 uvas catadas

Hace años dando un paseo por el internet ese me encontré con un blog bastante curioso. Era un matrimonio americano, concretamente de New York, cuyo blog se llamaba “The Wine Century Club” (www.winecentury.com). Te proponían un reto: probar 100 diferentes variedades de uva. Lo encontré muy llamativo, y sobre todo, muy divertido, así que me lancé a conquistarlo. Rellené la Excel que te daban con un montón de variedades y empecé a tachar. Creo que de entrada tenía unas 20, así que por delante me quedaba un arduo camino. Como creo que es imposible encontrar monovarietales de 100 uvas distintas, me apunté a todo lo que podía para probar diferentes uvas, así que di por válidos vinos que contasen con porcentajes pequeños.

No es que se convirtiera en una obsesión, que sí, pero tengo que decir que en ocasiones, a la hora de comprar un vino, decidía por el coupage. Recuerdo una vez en Italia, en Trentino-Alto Adigio, estaba en una tienda de vinos y quería llevarme un par de botellas. Había tres vinos que quería, uno era un tinto que acababa de probar en un restaurante y para la segunda botella tenía dos opciones. Miré las contraetiquetas y vi que uno de ellos ofrecía cinco variedades de uva que no conocía, así que ese fue mi elección. Y no fue esa la única ocasión. Más veces elegía vinos para probar variedades nuevas. Y no es que pudiese diferenciarlas en porcentajes tan pequeños, pero por lo menos las añadía a mi colección.

Me llevó años conseguir la variedad número 100, creo que alrededor de ocho. Pero al final lo conseguí. Y con ella mi premio. No es que el matrimonio de NY diera un gran premio, sino un certificado de haber catado 100 uvas. Por supuesto, todo depende de la honestidad de cada uno, ya que no hay manera de comprobar si lo que decimos es cierto pero quien osa enfadar a los dioses del vino y provocar que su ira haga que nuestras papilas gustativas dejen de funcionar? No yo, desde luego.

En la actualidad llevo 108 uvas probadas, y hay algunas que creo que he probado pero no me acuerdo, como la Chenin Blanc o la Cinsault. Y tengo una botella de Romorantín esperando a ser bebida. Así que mientras haya uvas sin probar en el listado, y todavía tiene 115 variedades, seguiremos apuntado. Quién sabe, a lo mejor en otros ocho años llego a las 200 uvas probadas.

jueves, 15 de octubre de 2015

Borgoñas de Dijon a Lyon

En esta ocasión y de nuevo de la mano de Jean Marcos de La Ruta Del Vino de Santander (www.larutadelvino.com; @larutadelvino1), nos tocó dar un paseo por la Borgoña francesa (lógicamente la francesa, porque no hay otra Borgoña en el mundo). El motivo era catar vinos de Borgoña de Dijon a Lyon pasando por Chablis, y fue conducida por el profesor Pedro Martínez. Allí yo era quien menos sabía de los vinos de Borgoña, ya que entre mis compañeros catadores había mucho entendido.

Pedro quiso jugar con nosotros y doy fe de que lo consiguió. Todos los vinos fueron presentados con la botella tapada y Pedro nos hacía una introducción sobre la variedad y la bodega para ver si podíamos acertarlo. Empezamos con cuatro vinos blancos y terminamos con cuatro vinos tintos.
Nos dijo Pedro que el primer vino era el que los bodegueros de toda la vida hacían para su consumo en casa. Uva Aligoté, y el vino era Bourgogne Aligoté de Domaine Des Remparts, de Chablis Cote D’Auxerre. Aromas a piña y mantequilla, con una acidez marcada y un toque cítrico bastante rico.

Seguimos con un Chardonnay, en este caso de Chablis. Chablis Grand Cru Les Preuses 2007. Con 10 meses de barrica, resultaba más ácido que el anterior y con aromas a mantequilla y frutos blancos.

Después probamos un Coteau Champanois 2010 de Jacques Lassaigne. Chardonnay 100% con toques a madera y cuero. Menos fresco y menos acido que los anteriores.

Para terminar con los blancos, de nuevo un Chardonnay. De Savigny-Les-Beaune venía este vino de Domaine Simon Bize & Fils. Añada 2008, resultaba un vino recio y con toques minerales, bastante ácido en boca y con bastante salinidad.

Nunca he sido un fan de la Chardonnay, aunque recientemente he probado alguna que me ha gustado mucho. Estos tres vinos estaban ricos, pero quizá el Aligoté me resultó más sencillo de beber.


En este momento y sin mucha pausa nos pusimos manos a la obra con los tintos. Los Borgoñas tintos que he tenido ocasión de probar me han gustado mucho. El primero en caer fue una Gamay 100% de Beaujolais, el 2013 de Château Cambon. Floral y muy ligero en nariz, especiado y con notas a frutas rojas, muy agradable en boca. Un vino bastante rico, y sobre todo con un precio estupendo, en torno a los 12 euros.

Siguiendo con otra Gamay de Beaujolais, este vino tenía un 50% de maceración carbónica y el restante 50% despalillado, lo que le daba un frescor notable. Mayores aromas de fruta roja que el anterior y muy agradable de beber con sus 12% vol. En este caso, Vielles Vignes Brouilly 2013 de Jean-Claude Lapalu.

A continuación un Pinot Noir. Rico rico rico rico. Sin duda mi vino preferido de la velada. De Nuits st. George, Premier Cru Les Murges 2005, de Domaine Bertagna. Excelente vino y una añada difícil de encontrar.

Para finalizar, Pedro nos ofreció otro vino y nos pidió que identificáramos su productor, con la pista de que uno de los tintos que habíamos bebido previamente era un vino más joven de la misma bodega que éste. Al final resultó ser un 2010 de Château Cambon, completamente distinto del primero.

En resumen, una velada muy agradable la que condujo Pedro Martínez que contó entre los asistentes con otro gran experto en Borgoña, Phillipe. Los comentarios de ambos y los vinos hicieron una más que agradable experiencia. Y lo mejor fue que Jean Marcos nos prometió una segunda parte de este viaje que comenzamos en Dijon. Lo estoy deseando desde antes de volver a casa.

miércoles, 14 de octubre de 2015

De vinos por el mundo

De la atenta mano de Jean Marcos, de La Ruta Del vino de Santander (www.larutadelvino.com @larutadelvino1) tuvimos ocasión de catar diferentes monovarietales de los alrededores de Bilbao.
Empezamos la velada con un Pinot Noir de Borgoña, Château de Premeaux 2012 de Hautes-Cotes de Nuits. Muy rico, el que más me gustó de la noche, fino y equilibrado con una agradable evolución en copa, que siempre me gusta dejar un poquito. Tanto en la fase visual como en la gustativa capté la variedad y procedencia, ya que Jean nos ofrecía la botella tapada, pero lejos de ser una tendencia de la noche, fue el único acierto que tuve. El vino estaba muy bien y su precio, que no recuerdo, era bastante asequible.

Después vino una Garnacha de Madrid, Marañones 2012 de Bodegas Marañones. En boca resultaba ácido, fresco y con cierta astringencia. Recientemente me estoy aficionando a la garnacha, pero ésta no me gustó demasiado. Me gustan más, por poner un ejemplo cercano, las garnachas de la sierra de Gredos.

Dando un gran salto nos plantamos en Chile. Del Valle de Maipo venía una Carmenere en la botella de Legado 2010, de la bodega De Martino. Yo juraba y perjuraba que aquello olía a Cabernet Sauvignon y fue el patinazo de la noche porque lo dije en voz bien alta. En boca me resultó como los demás vinos chilenos que he probado, demasiado pastoso. No ya astringente sino como si fuera engrudo. Será que no he acertado con los vinos chilenos hasta ahora, pero después de haber catado unos ocho siguen pareciéndome demasiado pastosos.

De vuelta en Europa una agradable sorpresa. No voy a decir  lo que pensaba que era por no hacer más el ridículo, y eso que la Sangiovese siempre me ha gustado, tanto en los Chianti Classicos como en los Brunellos de Montalcino (entre mis vinos favoritos). Castello de Monterinaldi 2011 era el que catamos y estaba muy rico. Sencillo y muy agradable de beber.

Vuelta a la Américas, esta vez a Argentina, de donde probamos la Malbec de Catena Alta 2012, de Mendoza, elaborado por Catena Zapata. Sin duda el vino más valorado de la noche por mis compañeros de cata, elegante y todo eso, pero me dejó un poco frío. Teniendo en cuenta su precio, 40-45 euros, no es un vino que me vea probando más veces.

Para finalizar, una Shirah. Mira que me gusta el vino corpulento y potente y la shirah/syraz es una uva que me fascina, pero este Samitier 2013 de Bodegas Augusta de Calatayud me pareció excesivamente potente. Unos cuantos años en botella le irán muy bien para afinarse un poco, porque ahora mismo sería incapaz de tomarme dos copas seguidas sin que se me durmiese la boca. Me pareció muy rico, pero demasiado.

Por suerte sobró un poco del Borgoña en la botella y como los demás se daban al Catena Alta, mi vecino de cata y yo nos dedicamos a terminar la botella del Borgoña. Que no están las cosas como para hacer el feo de que sobrase vino, y menos a los franceses.

martes, 13 de octubre de 2015

Ribera de Duero y el enoturismo

No hay nada como disfrutar de un fin de semana largo dedicado al turismo enológico. Nuestro destino: Ribera De Duero.

Después de carretera y manta, nuestra primera parada fue El Real Sitio de La Ventosilla, también conocido como PradoRey (www.pradorey.com, @pradoReyBodegas). Según informan en su visita, es la bodega con la mayor superficie vinícola en la DO. La bodega está situada en la CL-619, entre Villalba de Duero y La Horra. La visita de la mano de Camino muy entretenida, por las distintas salas de la bodega. Al final cata del vino PradoRey Rosado 2014 y del PradoRey Roble 2014, condimentados con embutido y el queso que elaboran ellos mismos a base de leche de oveja, en sus versiones, semi-curado, curado y añejo. A destacar también el aceite Oro Líquido PradoRey que también probamos. El precio de la visita es de 10 euros.

De ahí ya nos marchamos a nuestro hotel, la Posada La Casona de Valbuena, en Valbuena de Duero. Dirigido por José María Raya, es un hotel muy chulo, con 9 habitaciones y varias zonas para el esparcimiento. Ideal para ir con niños, tiene un salón muy grande con juegos y juguetes que hace perfecto que los niños jueguen mientras lo mayores nos recuperamos de los esfuerzos vinícolas.

Después de aprovisionarnos de lechazo en Peñafiel, acompañado de patatas, ensalada y una copa de Pago de los Capellanes, nos encontramos ya recuperados del día anterior. Toca encaminarse a Pesquera de Duero y visitar una pequeña bodega familiar que elabora vinos ecológicos: Bodegas Ascensión Repiso Bocos (www.veronicasalgado.es, @veronicacapricho). Fantástica experiencia. Tanto Ascensión como Tasio son unos anfitriones estupendos que te reciben a tu conveniencia. Su hija Verónica es la enóloga de la bodega y quien conduce las visitas además de Ascensión. Plagada de conocimientos y buenos detalles, la visita está muy bien, finalizada con una cata de dos vinos, Verónica Salgado Roble 2014 y Verónica Salgado Capricho Crianza 2011. Además elaboran Verónica Salgado Capricho Viñas Viejas, en esta caso también de 2011. La visita es gratuita y se pueden comprar los vinos, cosa que recomiendo vivamente.

De vuelta en Peñafiel toca subir al Castillo del siglo XIV y unirnos a una visita guiada donde el guía hace un estupendo trabajo explicando los orígenes del pueblo y sus edificaciones más representativas, así como sus ciudadanos más ilustres como el Infante Don Juan Manuel cuyos restos reposan en la iglesia local de San Pablo. Hicimos la subida al castillo en autobús desde el aparcamiento y nos animamos a hacer la bajada a pie, aprovechando las últimas luces del día para hacer fotos del castillo.


El lunes amaneció lloviendo, continuó lloviendo y terminó lloviendo. Esto no nos detrajo de seguir con nuestra aventura. Teníamos cita a las 11:30 en Bodegas Cepa 21 (www.cepa21.com, @cepa21Bodegas), situada en la N-122 entre Peñafiel y Nava De Roa. Nuestra visita era el Taller de Vendimia, una actividad bastante interesantes para todos pero sobre todo para los niños. Nuestra guía Begoña nos explicó el nacimiento de la bodega en 2007 y nos ofreció una estupenda cata de sus vinos Hito 2014, joven vino con paso por barricas de roble y el Cepa 21 2010, el equivalente de un crianza. Cuentan además con un Hito Rosado y el Malabrigo, su vino reserva. Posteriormente visitamos la gran sala de barricas y a pesar de la lluvia nos dirigimos a las vides, donde los más pequeños, armados de cestos de vendimia y tijeras de podar, disfrutaron vendimiando unos cuantos racimos de uvas que después colocaron en un recipiente al que los niños se subieron para pisar el fruto recogido. Una gran experiencia y muy divertida para todos. El precio de la visita con taller de vendimia es de 15 euros.

Y con la vuelta a casa terminó este fin de semana enoturista por la Ribera de Duero. Además, pudimos recoger información para nuestra próxima visita: catas con maridaje y/o comida en Pago de Carraovejas y en Bodegas Emilio Moro. El calendario ya está reservado.



viernes, 4 de septiembre de 2015

Vuelta a las andadas

Tras un breve espacio de tiempo sin actividad, volvemos a la carga para hablar de nuestro amigo el vino.
  
Recientemente he tenido el placer de conocer a Jean Marcos, de la tienda La Ruta del Vino de Santander @larutadelvino1. Entre otras actividades, organiza catas y ayer tocó una bastante interesante. Se trajo de Jerez a Armando Guerra, de la Taberna Der Guerrita @DerGuerrita, quien nos deleitó a los asistentes con su pasión y conocimiento del vino del Marco de Jerez.


Vaya por delante que nunca he sido un apasionado de los vinos de Jerez, con la salvedad del Pedro Ximénez, que me apasiona. Breve inciso aquí para destacar el Ximénez-Espínola que probamos recientemente y que hizo que se nos saltasen las lágrimas mientras apurábamos las últimas gotas de la copa. Por cierto, en Casa Cañadio de Santander también, @canadio1010. Espectacular casa de comidas en el centro de la ciudad. Gran calidad de la comida, gran calidad de la bebida y muy atento su personal.













Vinos de Jerez. Ahora ya sé que hay fino, manzanilla, oloroso, palo cortado y amontillado. Guerrita nos habló de los nuevos vinos de Jerez, innovadores como los que hace Luís Pérez de crianza biológica y también de los clásicos de crianza oxidativa. Una lección magistral en ambas. También nos ofreció un estupendísimo PX de Ramiro Ibáñez que saldrá al mercado en breve.





















Los amontillados, olorosos y palo cortado me resultaron muy interesantes. No tanto los finos y manzanillas, quizá porque los conozco menos. Probamos también un vino blanco de Navazos Niepoort de 2010 que estaba bastante rico. Guardé un poquito en la copa y cada cierto tiempo comprobaba su evolución y resultaba muy interesante apreciar los cambios. Al final terminé lo que quedaba y fue muy agradable. Equipo Navazos también tiene un cava hecho con Colet que resultó toda una sorpresa para mí.



Una manzanilla de añada 2012, de Callejuela, embotellado como 1/11, tenía su cosa también. Es un proyecto según el cual se embotella una solera cada año, siendo esta la primera que se hace. Así hasta llegar a 11/11 por lo que quienes tengan la suerte de probar las 11 soleras serán unos afortunados.













Cayó también un Amontillado viejo de Delgado Zuleta muy rico y un Palo Cortado de 12 años muy sabroso. La velada terminó con un Amontillado viejo de Terán Álvarez que debió cobrar vida cuando los americanos estaban desembarcado en Normandía o incluso antes. Apuré la copa hasta la última gota por ser algo tan especial, y aunque estaba rico resultaba extremadamente potente y salino.














Probamos también un Fino en rama Tío Pepe de González Byass, una Manzanilla en rama de Solear de la saca de primavera de 2015 y otra Manzanilla de primera saca de 2010 de Sacristía de Antonio Baratillo.






































Las explicaciones de Guerrita fueron toda una lección magistral como hemos dicho. Desde los viejos tiempos hasta la actualidad, la forma de elaboración, la crianza biológica y la crianza oxidativa, los mostos, las soleras, la flor….conceptos propios de la zona que han hecho que me pique la curiosidad por aprender más sobre ellos. Y quien sabe, quizás algún día me empiezan a gustar estos vinos. De momento habrá que pensar en visitar Sanlúcar de Barrameda y localizar esa Taberna escondida desde 1978. Y mientras tanto que no nos falte el PX, que el Gran Reserva de 1985 de Toro Albalá se nos acabó hace tiempo.

Muchas gracias a Guerrita por tanto conocimiento y buenas transmisión.

Y ahora, preparándome para la próxima cata de Jean Marcos: vinos de Borgoña el 1 de octubre. Interesados, apuntarse ya.