viernes, 23 de octubre de 2015

Tenuta di Biserno

Recientemente hemos tenido ocasión de probar unos vinos italianos excepcionales. Digo “hemos” porque siempre nos gusta balar en plural mayestático, que queda mucho más bonito que no decir que lo he probado yo.

Lo dicho, vinos italianos. De la mano de Antonio García, estuvo en su tienda de Bilbao “El Rincón del Vino“ (www.pasionporelvino.com) Niccolò Finizzola, director de marketing y hospitalidad de Tenuta di Biserno (www.biserno.it). La bodega, situada en Bibbona al sur de Pisa, pertenece al Marqués de Antinori, el mismo que en quince años con Ornellaia lo transformó en un vino de referencia en Italia. Tras vender Ornellaia, se instaló en 2003 en Bibbona con esta bodega, Tenuta di Biserno, cuyos vinos salieron al mercado en la añada de 2006.

Para empezar la velada, que comenzó a la torera hora de las 17:00, tuvimos dos vinos blancos propiedad de los viñedos del Marqués de la zona de Malborough en Nueva Zelanda. Dos blancos 100% Sauvignon Blanc bastante agradables. El primero, más sencillo de beber y muy fresco en boca fue Mount Nelson 2014. Con tapón de rosca, su vendimia se hizo en las madrugadas de finales de marzo, cuando suponemos debe hacer un frio curioso aunque sea primavera. La vinificación de Mount Nelson se lleva a cabo en cubas de acero inoxidable durante 14 días y no tiene fermentación maloláctica. Tras tres meses en botella se saca al mercado, con lo que ésta que bebimos era recién estrenada. De tono amarillo pálido, tiene una intensa nariz a cítricos, grosella y un toque herbáceo. En boca es delicado con buena acidez y largo final cítrico.

El segundo vino blanco fue Ram’s Hill 2012. Su vendimia fue a primeros de abril de 2013. Los racimos se prensan enteros y el 75% fermenta en barriles de roble usados mientras que el resto lo hace en pequeños depósitos de acero inoxidable. El vino permanece en barriles durante 8 meses. Tras tres meses en botella sale al mercado. En fase visual es amarillo pajizo. Con nariz a fruta tropical y aromas frutales, tiene un ligero toque a roble. En boca es pleno y con mucho cuerpo. La fruta y la acidez le confieren equilibrio, fineza y longitud.

Los dos blancos muy elegantes y muy agradables de beber. Muy recomendables.

Tras estos dos vinos pasamos a los tintos. El primero en pasar por nuestra copa fue Insoglio del Cinghiale 2013. El vino de más fácil acceso de la bodega, tiene un coupage de 35% Syrah, 30% Cabernet Franc, 30% Merlot y 5% Petit Verdot. Resulta un vino muy sabroso, sencillo de beber y con una buena potencia. Tras dos/tres semanas de fermentación, solo el 15% hace la maloláctica en barricas de roble, mientras que el resto la hace en cubas de acero inoxidable. Siguiendo con los porcentajes, el 45% del vino tiene una crianza en roble francés de segundo uso. En nariz es complejo con notas de fruta negra y especias. Los taninos dulces le dan un buen volumen en boca y un gran equilibrio. Cabe destacar que es el único vino de la bodega que tiene Syrah.

Aquí las copas ya empezaban a ponerse serias. Bueno, las copas y las cosas también. El siguiente vino, Il Pino di Biserno 2012, anticipaba lo que venía más tarde. Su coupage es 30% Cabernet Sauvignon, 20% Cabernet Franc, 30% Merlot y 20% Petit Verdot. La fermentación tiene lugar durante 3/4 semanas en depósitos de acero inoxidables. Después, la maloláctica se hace en barricas para un 20% del vino. La crianza es de 12 meses en barricas de roble francés de segundo uso. Tras pasar 6 meses en botella se lanza al mercado. De nariz intensa y fruta negra, en boca resulta muy concentrado y con gran profundidad y duración.

Ambos tintos resultan potentes y concentrados y sobre todo espléndidos para beber. Aun así, son los dos vinos de acceso de la bodega, ya que por encima de ellos se encuentran dos más: la estrella de la tarde, Biserno y luego el top de la bodega: Ludovico.

El primer Biserno que probamos fue el 2008. A base de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot, toda la fermentación tiene lugar en cubas de acero inoxidable, para la maloláctica el 65% se hace en barricas y el resto en depósitos. Su crianza es de 15 meses en barricas de roble francés y 12 meses en botella. De color rubí brillante y profundo, su nariz es intensa y compleja a frutos negros, chocolate y especias. Vino con textura, elegantes taninos, resulta muy mineral y con gran profundidad y duración. Un vino perfectamente equilibrado y aun siendo potente, extremadamente placentero.

Para terminar, nos encontramos una botella de la primera añada de Biserno, 2006. Una auténtica bomba en boca. Me gustan mucho los vinos potentes y con cuerpo, pero este 2006 me resultó excesivo, sobre todo comparado con un mucho más elegante 2008. Sin dejar de ser un gran vino, la diferencia en solo dos años es enorme, y también se ve el trabajo en la bodega con el paso de las añadas. Aquel 2008 está mucho más trabajado que este 2006. También con un coupage a base de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot, el proceso de elaboración es el mismo que el 2008, tanto en la fermentación alcohólica como la maloláctica. La crianza es también la misma. Nariz compleja, en boca destaca las ciruelas pasas, la fruta negra y especias. Mucho cuero, densos taninos maduros y un recorrido largo y elegante.

Una gran velada con los vinos de tenuta Di Biserno. Me gustó mucho el Biserno 2008, el mejor de todos. Un buen Insoglio del Cinghiale con mucho cuerpo resulta muy agradable de beber y de los dos blancos, me gustó mucho Mount Nelson. Fresco y sin madera.

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