Imagina que tienes o trabajas en una bodega y
en una feria como Cantabria Vinos se te acerca un individuo y te dice eso. Solo
le faltó decir “chaval”… pues eso, allí me contaron que le pasó a uno de ellos.
Lo cierto es que ferias como estas dan de sí para muchas anécdotas, sobre todo
las que se dan en torno a las mesas donde hay algo de picar como queso o
embutido, que a última hora son donde más gente hay y donde más difícil resulta
acercarse.
Anécdotas aparte, la feria Cantabria Vinos, versión XIII, estuvo
muy bien. Ocupando varias salas del Hotel
Bahía de Santander, había presentes más de 50 bodegas de prácticamente toda
España. También había aceite, queso, embutidos y café, así que daba para estar
atrincherado toda la jornada en los salones.
Gracias a la amable invitación de Jean Marcos y sus certeros consejos,
empecé por el que resultó el blanco que más me gustó de la tarde: Valenciso 2014, de Rioja, a base de Viura y Garnacha Blanca. Fresco, equilibrado y muy rico. De ahí probé una
serie de blancos: Branco St. Cruz 2010
de Valdeorras, cuatro diferentes Albariños de Eulogio Pomares Zárate. Tú que me lees ya sabes que en alguna
ocasión he comentado que el Albariño no me mata de emoción. Soy más, por la
cercanía, de una Godello de Monterrei o de algo que lleve Treixadura. Algunos de estos Albariños
llevaban Godello, así como otro que probé con Philippe más tarde de Davide,
pero para mi gusto predomina mucho en ellos la Albariño.
También estaba Gregory Perez, de Mengoba
del Bierzo, futura víctima de mis
entrevistas. Gregory me presentó su línea de vinos, seis. Eran un blanco, un
rosado y cuatro tintos. Me llamó la atención que todos llevaban una buena
mezcla de uvas. Muy ricos los vinos, especialmente el Mencía de Espanillo y La
Vigne de Sancho Martín.
Aquí se impuso una parada técnica. Un ratito
sin copa en la mano para recuperar fuerzas para la siguiente ronda.
Andaba rondando la mesa de Pago de los Capellanes y al final me
acerqué y pedí un poquito de El Nogal
2011. Hacía tiempo que no lo probaba y seguía estando igual de rico que
siempre. Después me encontré con Phillipe
Cesco quien me ofreció probar algo
muy peculiar y que me gustó mucho. De Bodegas
Sel D’Aiz sacó dos botellas de un tinto que está haciendo ahora. Una tenía
el vino sin trasegar y otra ya trasegado. Es impresionante la diferencia que
hay entre ambos en términos de textura, color, aroma, densidad y sabor.
Aquí fue cuando nos acercamos a Davide a probar su Albariño con Godello
mencionado anteriormente. Y seguido, visita a Olivier Riviére, otra víctima futura de mis entrevistas. De los
seis vinos que traía probé cinco, ya que tengo en casa una botella de Rayos Uva. Probé los otros tres Riojas:
Gabaxo, Ganko y Las Viñas de Eusebio,
y los dos Arlanzas: La Vallada y El Cadastro. Me gustaron y me quedo con Las Viñas de Eusebio y con
El Cadastro, por elegir uno de cada DO.
Para ir cerrando la tarde, probé dos vinos
más, un blanco y un tinto, los dos de Navaherreros,
de San Martín de Valdeiglesias, o
como se lleva ahora, de la Sierra de Gredos. El Blanco de Bernabeleva y el Garnacha
de Bernabeleva. Ambos muy ricos y la Garnacha me gustó mucho. Y también
probé Valenciso 2009.
Para terminar, visita a Asier Alonso, viticultor de Bodegas
Sel D’Aiz, donde probé los blancos de la línea de Yenda. A base de Riesling, con algo de Albariño y
algunas variedades más que están haciendo en Castillo Pedroso. Muy sabrosos, bien de acidez y bastante
diferentes en función del tiempo en barrica que han pasado. Aprovechando la
confianza con Asier, también conseguí que se someta a mis preguntas
próximamente.
Para finalizar, comentar que también estaba
presente Antony Terryn, de Dominio del Bendito, de Toro. Pero como Jean nos ha organizado
una cena con él para poder probar algunos de sus vinos especiales, preferí
esperar a la cena para conocerlos, si bien probé uno de ellos.
Había mucho más para catar, mucho que no he
probado todavía, pero se impuso la cordura. Se empieza a notar la edad en estos
casos, y aunque todavía me cuesta mucho escupir el vino, lo que sí hago es
beber muy poco y tirar el resto de la copa. El cuerpo ya no es lo que era y no
se recupera igual, así que ah que evitar los excesos... Tendré que aprender a
escupir, pero poco a poco, que ya empiezo a vaciar la copa sin beberlo todo.
1 comentario:
Muy interesante ver cómo trabaja las viñas Gregory Perez, trabajo de Viña y cepas viejas a la antigua usanza con el respeto y sostenibilidad al terruño
Publicar un comentario