Por fin llegó el día. Tras muchos años oyendo
y leyendo sobre la mítica de Vega Sicilia (www.vegasicilia.com, @TVegaSicilia, por fin me enfrenté a sus vinos.
De la mano de Ana Martín y @BodegaUrbanaBio,
el pasado día 1 tuvimos la oportunidad de catar cuatro vinos de la mítica
bodega. Ana lo planteó con gran acierto como cata ciega y aunque sabíamos los
vinos que eran, no sabíamos el orden. Además, fue muy divertido. Los vinos eran
Macán 2011, Alión 2012, Valbuena 5º Año 2009 y Único 2008. El no haberlos probado con anterioridad también complicaba las cosas.
Tú que me lees ya sabes que no utilizo
palabros técnicos para describir vinos en ninguna de sus fases, porque la
verdad es que hay cosas que todavía me cuestan mucho identificar y para otras estoy
esperando a hacer el curso de nivel 2 de WSET, así que mientras tanto hablo de
sensaciones más que de tecnicismos.
Empezamos la velada con las cuatro copas
servidas. Antes de catarlos, preferí dedicar un rato a oler los vinos. Qué me
encontré? El primero estaba bastante cerrado, el segundo era todo madera, el
tercero era ligero y el cuarto estaba muy equilibrado. A partir de ahí, tomar
algunas notas y seguir viendo la evolución del vino en la copa. El color de los
vinos era muy similar, ligeramente más rojo cardenal el segundo y el tercero y
más rojo pajizo el cuarto. Esto ya empezaba a dar pistas. En un primer momento, me
parecía que el Rioja sería el segundo, pero enseguida cambié de opinión y lo
pasé al tercero. Ya desde entonces, tenía claro que el primero y el cuarto eran
los Vega Sicilia y los dos del medio Macán y Alión.
Ahora tocaba probarlos. El segundo era como
masticar virutas de roble en la boca. De repente, me quedé sin lengua. Solo tenía
una masa en la boca. El vino estaba completamente verde en el sentido de que
necesita 2 o 3 años de botella por lo menos para afinarse. Me recordaba mucho a
ciertos vinos de Toro que resultan así de potentes y recios. No es que
estuviera malo, es que todavía no podía beberse. Según pasaba el tiempo se
afinó ligeramente, pero seguía estando demasiado astringente y recio. Así que
este era el Alión.
Al tercero en boca también se le notaba la
madera y con el tiempo aparecía un ligero recuerdo a esos Riojas que sin ser
los clásicos que no me agradan, sí denotaba su origen. Ana comentó con acierto
que en una cata ciega sin saber que este vino estaba ahí, podría pasar por un
Ribera de Duero, y era cierto porque tenía una capa y un cuerpo que no tienen muchos
Riojas. Al fin y al cabo, es un vino hecho en Rioja por gente de Ribera así que
algo debe notarse. Más tarde tenía ya una ligera acidez típica de Rioja, así que
este era el Macán.
Me quedaba la gran duda. Decidir entre el
primero y el cuarto. El primero tenía una evolución en copa increíble. Cada vez
que lo olía, se iba abriendo más y más de una manera espectacular saliendo unos
aromas que no podía identificar, pero que bien podría ser a pimientos. En
cualquier caso, según pasaba el tiempo, el vino ganaba en nariz y en boca.
El cuarto, ay amigo, este vino estaba redondo, redondo. Muy equilibrado, aromas a frutas negras, suave de alcohol y de taninos. Nada de madera potente. Mi primer pálpito era que el cuarto era el Único y el primero era el Valbuena, pero no sé por qué, me parecía que la evolución que estaba ofreciendo el primero debía corresponderse con el Único. Debí quedarme con mi primera impresión, ya que esos eran los correctos.
Un buen acierto con la cata ciega y un buen
acierto al identificar los vinos. Pensaba a priori que sería más difícil porque
nunca había probado ninguno de ellos, pero mira, acerté a pesar de que la
evolución del Valbuena me condujo a engaño.
De regalo, Ana nos ofreció un Rioja: Cerrado
del Castillo de Cuzcurrita 2005. Rico y afrutado, nada cerrado y agradable de
beber.
Y qué tal la experiencia de probar los dos
Vega Sicilia? Puedo decir que muy bien. Los dos me gustaron mucho, me llamó
mucho la atención la evolución del Valbuena en la copa y sobre todo la redondez
del Único. Pagaría lo que cuestan eso vinos? Creo que no. 230 euros por el
Único y 90 por el Valbuena me parece mucho. Los otros dos también me parecen
muy caros. 45 euros por el Alión y sobre todo 50 euros por el Macán me parece
una barbaridad. Sin ser un gran fan de Rioja me quedo mucho antes con el
Contino Reserva o Gran Reserva, y si fuera a pagar ese dinero por un Rioja,
probaría el Viña Del Olivo de Contino. Pero no veo nada en el Macán que me haga pagar ese precio.
Y para rematar la velada, un par de Tortas de
El Casar y un poquito de embutido. Rico, rico.
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