viernes, 6 de marzo de 2009

Evento Enológico

La semana pasada hubo evento enológico de los buenos. Una cata de diversos vinos de toda España y algunos extranjeros.
 
Como suele ser habitual en estas lides, las buenas enmiendas del principio se van diluyendo (sin doble sentido) y al final acaba de otra manera, que es precisamente la que se intenta evitar.
 
Así que nos encaminamos Esti, Iñigo, Julio y un servidor al Palacio de Euskalduna, copa en ristre, a catar buenos vinos.
 
La cosa empezó bien, tranquilamente, haciendo una inspección previa para hacernos una idea de por donde debía ir nuestra gira de cata. Y tras el reconocimiento, desenfundar la copa y a la cata. Con buenos propósitos.....
 
Como me resulta imposible citar todos los vinos y mucho menos el orden, hablaremos de los que mejor recuerdo tengo (¿es que acaso recuerdo algo?) y de alguno que me supo a bien poco.
 
De entre los blancos, todo lo que olía a mis uvas favoritas cayó. Había un riesling auslese de Alsacia estupendo. Del Mosela alemán probamos un gewürztraminer de Bestheim y un riesling spatlese de Schmitges que nos hicieron saltar las lágrimas. Lástima que llegamos tarde al éste último riesling y solo dio para un sorbito pequeñito. Había otra botella disponible, pero esa es otra anécdota, verdad, Iñigo?
 
Después, tuvimos ocasión de probar un Viura riojano, pero no uno cualquiera sino uno de Bodegas López de Heredia de Haro, en concreto un Bosconia (espero que no fuera un Gravonia) de 1987. Espectacular. Estuvimos departiendo con uno de los que estaban con la bodega acerca de ese vino un rato largo muy agradablemente. Nos dijo que el 89 está para salir. Es muy raro encontrar un blanco tan longevo tan rico, pero si te tiene la ocasión, a por él.
 
Cayó también un Godello del Bierzo. Como se ve, no es que me quedara mucho con los nombres. En el momento sí, pero entre el vapor y el tiempo recuerdo pocos. Menos mla que nos dieron una guía de cata y puedo buscar los vinos. Estaba muy rico, por cierto. Y un blanco del Penedès elaborado por Sucres. del Conde de Olzinellas. Era un crianza llamado Casa Ravella que tenía un 20% de Chardonnay que a mí me pareció que era mayor la proporción por lo que dominaba esa uva (a qué parece que controlo de esto?).
 
Un par de Moscatos D'Asti italianos, uno con más aguja que el otro. Ambos muy ricos. Uno se llamaba Fontanafredda. El otro no lo sé.
 
De entre los tintos, y no voy a decir cuantos por no hacer apología de nada peligroso, recuerdo muy bien el AN/2 de Mallorca. Un gran segundo vino de la bodega AN Negra Viticultors. Celeste, el Torres de Ribera de Duero, muy rico. Tenían también el Salmos, el Torres de Priorat tan bueno, pero que preferí dejar por aquello de probar cosas nuevas y no muchas (que no lo logré, por otra parte). Vimos también el Juan Gil, un 100% Monastrell de Jumilla. Qué buen vino ese. También probamos uno de Bodega Inurrieta, el Norte, que estaba muy bien.
 
Entre los que no me dijeron nada, el Cabernet Sauvignon y el Premium de Arrayán, de Finca La Verdosa de Méntrida y que me supieron casi iguales, otro de Méntrida que ni recuerdo y el Marina de Aliste, del Hacedor de Vinos Javier de Jesús Pérez, de Zamora. Tiene un blanco que ya conocía, el Geijo, que no está mal, pero el tinto no me supo a nada.
 
Según transcurría la tarde la cosa se fue degenerando ligeramente, y al final terminó siendo un "¿a qué hemos venido?." Menos mal que el evento se terminaba a las 21:00 horas y pudimos hacer una salida digna. Bueno, más o menos digna.
 
Hay que decir que aunque probamos muchos vinos, solo los catábamos y algunos tirábamos después del primer sorbito. La integridad física era algo a tener en cuenta. Si hubiéramos bebido todo, todavía estaríamos tirados por algún rincón. Y no es el caso.
 
Para terminar, hay que agradecer su presencia a los responsables de un stand de queso y de embutidos, Gran Capitán y Señora Julia. Sin paradas técnicas en su stand para probar una y otra vez sus productos la cosa no habría sido igual.

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