Semana plena de actividades enológicas.
Empezamos por nuestra primera cata en Bodega
Urbana de Bilbao (www.bodegaurbana.com,
@bodegaUrbanaBio). Mi compañero de fatigas Julio y un servidor nos presentamos
para catar unos vinos italianos (qué tendrán los vinos italianos que me gustan
tanto?) acompañados de unos platos de comida italiana elaborados por los chicos
de la tienda Il Tortellino de Bilbao.
Ana Martín, la enóloga de Bodega Urbana, nos
iba presentando los vinos. En este caso, eran cuatro, de los que solo conocía
uno de ellos, el Prosecco. Los otros, tan desconocidos que ni siquiera conocía
su DO: Salento, en la región de Puglia, la zona del tacón de la bota, y otro de
Campania.
Empezamos por un vino blanco, Lacryma Christi
2014 bianco Fuedi di San Gregorio de Campania. Acompañado por una albóndiga de
bonito del norte y cebolla roja de Zalla con salsa puttanesca.
Elaborado en la zona del Vesubio con la
variedad Coda Di Volpe, resulta un vino sencillo de beber. Amarillo dorado, en
nariz trae aromas a piña y recuerdos a Chardonnay, si es que ambas cosas pueden
ir juntas. Algunos decían que tenía aromas a melocotón o miel. Meloso sí
resultaba. También tenía una cierta acidez pero resultaba ligeramente corto. En
cualquier caso, con la combinación de la salsa puttanesca era una elección
bastante agradable.
Dos tintos a continuación. El primero fue
Pilúna Primitivo 2014 Salento IGT, de Plugia. Acompañado de Due Gnocchetti:
Pecorino romano e Zucca, con salsa bolognesa.
Castello Monaci es el productor de este vino.
La uva es Primitivo. No, no es que sea antigua (que puede serlo), es que se
llama así. Recién servido se notaba mucho alcohol y la madera. Después
aparecían aromas a fruta roja, pero sobre todo a guindas confitadas, como las
que ponemos en los roscones de Reyes. Ligeramente astringente, resultaba cálido
y de largo recorrido con toques amargos y la verdad es que bastante
equilibrado. Para mí el claro ganador de la noche. Un vino espléndido que a
medida que pasaba el tiempo ganaba presencia en la copa y ésta se llenaba de
aromas a regaliz rojo. Un vino muy, muy rico y que degusté poco a poco hasta el
final de la cata.
De la misma bodega venia el tercer vino de la
velada: Medos Malvasia Nera 2014 de Salento IGT. A éste lo acompañó un
Cannellone Rossini que sabía a gloria. De capa media y más goloso en nariz que
el anterior, en boca se notaba más la madera, pero sobre todo, resultaba muy salino,
hasta un punto que no me resultaba agradable. Estaba bien, pero esa salinidad
tenía mucha presencia. Pasado el tiempo, salían aromas a pastillas juanolas. No
es que fuera mal vino, pero no de mi gusto.
Para acabar, el postre. Pandoro de Verona con
crema Diplomática. Riquíííísimo. Una delicia de postre. Muy suave. Y con él, un Prosecco: Foss Marai Roös Brut Spumanti di
qualità. De Foss Marai había probado el blanco y este
rosado estaba bastante rico. Es el típico Prosecco, suave y sencillo de beber.
Notas de albaricoque en nariz.
Ana Martín condujo la cata de manera amena y
entretenida, tanto sobre los vinos catados como sobre vinos italianos en
general. A destacar como curiosidad que entre las 17 personas que asistimos
había 11 mujeres, lo que hasta ahora no solía pasar con frecuencia.
Toda la pasta elaborada a mano por Il
Tortelloni en su tienda de Bilbao, en Artekale en el Casco Viejo. Toda muy
recomendable.
Así que la primeria experiencia en Bodega
Urbana muy positiva. Un gran acierto mezclar vino y comida del mismo país. Ya
me he apuntado a las tres siguientes catas. La semana que viene una
espectacular: vinos de Vega Sicilia. Único 2004, Valbuena 5º año 2009, Alión
2011 y Macán 2011. Apunta a ser sensacional.
1 comentario:
Gran velada en compañia del cronista de esta entrada.
Un viaje por la cultura vitivinícola y culinaria de Italia.
Complejos los tintos y bien combinados con los platos preparados por il tortelino. El postre de Pandoro y crema .....de remate.
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